Los borricos

«En el frío de la madrugada hinchan su pecho en la manada; lo llenan de aire con fruición para así llamar la atención, tan simples y tan pollinos, rústicos, equinos, algo porcinos, tal vez cochinos, vergonzosos primos lejanos apodados "los marranos"; el tio braulio y su hermano, como dos cardos en ramo.

Antipáticos resultan e insolentes se descubren chillando como hienas, ratones y otras fieras, tal si les pisaren el rabo o lo que hubiere, y es por eso, que los sabios advierten, a todo el que escuchare: tenga cuidado con ellos pues los borricos rebuznan y cantan hihaaaaaaah, y destruyen la indolencia de los templados, con la peor violencia, con el peor desprecio, como un simple batracio, como unos necios.»

Al burro ibérico, esa especie en pleno apogeo.