El metro los findes, una delicia

Ésta va a ser la primera vez que escriba en castellano en este blog. A ver si, por una casualidad, así recibe más visitas, y los que mento se dan por aludidos.

Hoy sábado he cogido el metro; no tendría nada de especial ni de interesante sino fuera porque hoy no he tenido que sufrir el acoso de los repartidores de prensa gratuita.

Al principio de los principios, hace más de diez años, cuando empezó a distribuirse el MiniDiario aquí en Valencia, me parecía un elemento medio útil - te enteras de las cosas que pasan. Y sólo me parece medio útil, porque una de las cosas que más me gusta de un periódico "de los de verdad" es poder pasar horas leyéndolo, hasta llegar a la última página y decir: pues sí que me he enterado de cosas, ha valido la pena pasar este tiempo dedicada a este periódico.

Luego, no sé si fue a consecuencia de la popularidad que alcanzó el metro, o porque simplemente ya no queda sitio en ninguna otra parte de esta sociedad para anunciarse, empezaron a surgir otros periódicos de este estilo, sustentados en la publicidad. Uno de los primeros que recuerdo, fue el expressValencia. La calidad literaria, si le podemos llamar calidad a "eso", al mismo nivel que el miniDiario. Opiniones rayando la mala educación y la grosería, columnistas yendo de tertulianos consagrados, noticias tendenciosas, inexactas e irrelevantes elevadas a la categoría de titulares según los gustos políticos del anunciante mayoritario, y una serie de contenidos vacuos adicionales hasta completar las diez o quince páginas del diario. En resumidas cuentas, basura. Afortunadamente, los leía de uvas a peras, así que no me incomodaban en exceso. Mi hermana me contaba, cuando volvía de su Escuela: hoy también me han dado uno de esos periódicos fachetas al salir del metro... Y vaya si lo eran. Pero es que una nunca se cree algo de verdad hasta que lo ve por una misma.

Este año, que tengo que coger el metro todos los días, de lunes a viernes, he de evitar tanto a la salida como a la entrada del mismo a los repartidores de cuatro periódicos. ¡A cual peor! No se salva ni uno: metro valencia, 20 minutos, micalet, express... son como copias uno de los otros, y a su vez, copy-paste de páginas web y notas de prensa que se les pasan. Esto de las notas de prensa está comprobado: para la ifparty04 preparé un dossier de prensa que enviamos a los medios de comunicación de nuestro entorno. Pues bien, no recuerdo cuál de los periódicos fue, pero la noticia relacionada con la party era pura y simplemente un copypaste del primer párrafo de mi dossier de prensa. Ahora ya puedo decir que me han publicado algo en prensa escrita, jajaja.

La duda que nos quedó es si publicarían también algún bulo. Sería divertido inventar una noticia sobre alguna exposición inexistente y enviarlo. A ver qué pasa.

Pero no hay que desviarse del tema original. Hoy no he tenido que esquivar a ninguno de estos repartidores, porque los fines de semana no editan ese esperpento de prensa. En general son todos bastante desagradables, excepto un pobre que le toca repartir el 20 minutos. Ése te dice hola y todo, a pesar de la gorra y el chaleco horteras que le obligan a ponerse. El resto, son como un trasto tirado en medio del pasillo. Vas con prisas, y se te cuelan por delante, poniéndote el periódico en la cara (de forma que no ves nada...), y taponando la salida/entrada del metro. Me parece genial que quieran hacer su trabajo, pero bueno, ¡yo también quiero hacer el mío, y no me dejan llegar a él!

Si al menos el periódico fuera de buena calidad. Si mereciera la pena. Si no me doliera la vista al abrir cualquier página y ver la lamentable maquetación de la misma... Porque no quiero hablar de las faltas de ortografía que cometen. Exacerbantes, espantosas. Claro que suele ocurrir en los textos de redacción propia. Cuando copy-pastean de alguna otra fuente no suele haber faltas. ¿Por qué será?

En fin, cómo he disfrutado hoy en el metro. Sin las papeleras llenas de esos periódicos horribles, ni las malas caras de los repartidores cuando no les quieres volver a coger el mismo periódico que te han repartido al entrar en el metro, bueno, ha sido maravilloso.

¡Quiero tener que coger el metro sólo los fines de semana!