¡Qué fuerte!

¡Superfuerte de la muerte! ¡Casi me atropella una bicicleta! Bueno, claro está que no sería la primera vez que ello ocurre. Sólo que en la otra ocasión fue a traición, como se dice popularmente, con nocturnidad y alevosía. Uf, aún estoy traumatizada. No sé si podré superarlo...