Rosa contra negro

Mañana es el día de la campaña de concienciación contra el cáncer de mama aquí en UK. Así que dado que en el edificio la mayor parte de personal de servicios son chicas, hay mucha concienciación con ese tema.

Desde principio de mes están informando sobre el día, con un cartel en la entrada, llevando pins, etc. La semana pasada nos enviaron un e-mail cuyo título era "Llévalo rosa!", explicando que dado que mañana es viernes, se celebraría de una forma especial: yendo a un pub por la tarde al acabar el trabajo, y con al menos una prenda de color rosa.

La verdad es que me hizo bastante gracia la idea, y estaba este mediodía comiendo cuando ha pasado la recepcionista, predicando con el ejemplo (llevaba unos pantalones rosas) y señalándome los pantalones, para recordarme lo de mañana. Yo me he reído porque es que es un saco de gatos esa mujer, y estaba yo en mi mundo feliz cuando ha aparecido El Sujeto Del Oeste con su karma negativo, y se ha sentado en la misma mesa en que yo estaba.

Entonces he tenido una idea espectacular. Me ha preguntado de qué reía, y le digo, "¿Te acuerdas del e-mail que enviaron la semana pasada, de la lucha contra el cáncer?" Y Ello responde (tan secamente como es costumbre): "". Y yo insisto: "Ese e-mail que se titulaba 'Llévalo rosa', ¿te acuerdas?".

El semblante le ha cambiado.

Consternada (típica palabra que sigue cuando a alguien le cambia el semblante), dice "¿Me estás diciendo que tengo que ir vestida de rosa?". Y yo le digo, así para suavizar, antes de que le diera un patatús: "Bueno, no toda, sólo una prenda en rosa".

Pero ni así, oye. "¿Una prenda rosa? ¡¡Creo que nunca en mi vida he tenido una prenda rosa!!" (yo ahí sé que mentía... a todas nos han puesto algo rosa cuando somos bebés, y la sujeto insistía para ver si se lo creía ella). Entonces ya visto que empezaba a caer en una sima de desesperación y angustia, he decidido contribuir a la causa. Y añado: "Pues yo no sé cuál ponerme. Es que no me decido. Tengo una camiseta rosa, pero rosa chicle, ¿sabes?" -y no decía nada... solo sonidos guturales tal que grompf!, umpf!, no sé si porque no quería oirlo o no lo podía asimilar. Y continúo: "Entonces lo que pasa es que es una camiseta ajustada, y ahora no me apetece mucho ponermela, con esto de que no sabes si hace mucho calor o mucho frío, tal...". Camiseta ajustada, ahí va lo que le has dicho, ya sabéis el prototipo de gente que viste de negro y va holgado. Pues eso. ¡Que camiseta rosa chicle ajustada es mortal para ellos!

Aunque no queda ahí la cosa. Sigo con mi desglose de vestuario. "Y también tengo otra que es rosa más pálido, pero así desmangada. Un rosa muy suave. Lo que pasa es que si te pones esta, tienes que ponerte algo más, porque es muy finita." Oooooh se moría... un rosa suave... casi blanco!! dios mío!! Y encima finito, no rollo esparto brutal...

El remate final vino con la pashmina. La pashmina es (erróneamente) conocida como una bufanda super tocha, estilo foulard. (Y digo erróneamente porque la lana tiene que ser de un sitio determinado, pero obviamente las que venden acaban siendo sintéticas o de algodón en el mejor de los casos). En España tenía un nombre pero no recuerdo cuál era. En fin, imaginaos una bufanda tan ancha y tan larga que te puedes envolver con ella como si fuera una capa. Y de color rosa fucsia. Así que ... "Y finalmente tengo una pashmina fuchsia, pero como mañana dicen que lloverá, pues no sé muy bien si cogerla, pero desde luego con ésa se vería muy bien el color rosa"...

¡Ja! Se ha quedado obnubilada, incapaz de quejarse de nada por un buen rato. ¡Olé! ¡Viva el rosa, el rosa chicle, el fucsia y hasta el rosa pálido casi blanco, contra el mal karma y la negatividad!