Social Security, Chapter I: Racista con los racistas
¡Ante todo, que quede claro que este post lo escribo a petición popular! ;) Era un lejano día de noviembre, cuando tras haber llamado no menos de treinta (30) veces a nueve (9) teléfonos diferentes, al fin conseguí que alguien me cogiera el teléfono. Yo por aquel entonces iba bastante peor de inglés que ahora, y para acabarlo de arreglar, mi interlocutora debía hablar un dialecto inglés basado en el chino, porque no se le entendía ni la mitad de las palabras (especialmente las que tenían r's). Tras veinte minutos de conversación accidentada, consigo una cita para ir a una entrevista y así poder obtener el número de la seguridad social aquí, y poder trabajar sin que se me lleven demasiado dinero en impuestos...
Me da cita para dentro de dos semanas y finalmente llega aquel día nefasto de la entrevista. Yo estaba un poco temerosa de no poder entender lo que el entrevistador me dijera y contestarle algo que no fuera lo que él quería escuchar y que por ese motivo me denegaran el número de la seguridad social o algo...
Entro en la oficina, hago cola... blabla... La bruja de mi post anterior me cambia el ticket que le doy por otro para un mostrador en la planta de arriba. Voy arriba, vuelvo a esperar hasta que me toca a mí. Entro en el cubículo aquel, y me veo a un tipo de origen indio, malcarado y con cara de cabreo ya desde el principio, sin que yo hubiera hecho nada. Bien vamos, me dije, tómatelo con calma....
Es importante reseñar que todo esto ocurrió el día siguiente al partido de futbol Inglaterra contra España, en el que unos cuantos capullos españoles se dedicaron a burlarse de un jugador inglés porque era de color, y blablabla.
Por esto, nada más pedirme el pasaporte y ver que era de España, el tío me pone aún más cara de asco y me pregunta si había visto el partido del día anterior. Yo, que paso bastante de fútbol en España, imagínate fuera, le dije que no, inocentemente, que qué había pasado... y sin dar tiempo a nada empieza a decirme cosas tan agradables como En España son todos unos racistas. ¡Odio a los racistas!
Yo con toda la paciencia de la que era capaz, le dije que no todo el mundo era así. Que, como en todas partes (y acordándome de los hooligans ingleses) había gente racista y gente no racista, pero que a mí tampoco me gustaban los racistas. Pero él seguía erre que erre: Odio a los españoles porque son unos racistas (a ver quién era más racista, ¡sin comentarios!).
Acto seguido comienza con la entrevista de marras, bastante desagradable, soltándome puntillas de ese palo de cuando en cuando, mientras yo pensaba que no era más imbécil porque no se podía meter más estupidez en su minúsculo cerebro unipensamiento (Odio, odio, odio). Y cuando acaba, con un sentimiento como triunfador, me dice: España da asco. Odio a los españoles. Son unos racistas. No me harás cambiar de opinión. ¿Tienes alguna pregunta más? (todo esto con una cara como de ir a escupir o algo así).
Y yo ya tenía el arma desmontadora preparada... Sonrío con la sonrisa más falsa de la que era capaz... estirando mis músculos y forzando la mandíbula a topppppe, y le digo: ¡¡Oh no, nada más, has sido muy amable, que tengas un buen día!!. Evidentemente en mi interior estaba deseando que al salir se resbalara con algún charco y alguien, por ejemplo, un español, o por ejemplo, ¡yo! le pisara la cabeza, pero como no soy violenta, lo dejé en alguien anónimo.
El tipo se quedó petrificado y sin saber qué responder, ya que después de toda la tabarra racista que había farfullado, ¡encima le deseé que le fuera bien! Luego conté esto en la oficina y la gente me dijo que tenía que haber puesto una queja. Pero ahora que lo pienso, si para poner la queja me hubiera tenido que enfrentar a la pedorra del post anterior, no sé si habría salido perdiendo o ganando. ¡Lo mejor será no volver nunca a esa oficina!
UPDATE: He desactivado los comentarios porque estoy harta de recibir mensajes ESTUPIDOS. A hacer el idiota a otro lado.